
Pero a pesar de todo estos consejos, no existe el currículo
perfecto, lo que sí hay es una aproximación a lo que podría ser un currículo efectivo.
El currículo es el instrumento más importante a la hora
de buscar trabajo. No te garantiza un puesto de trabajo pero de él depende que
pases o no, a la entrevista.
Un currículo debe estar bien estructurado, bien
redactado, sin faltas de ortografía-esto
es de sentido común-, en papel de calidad, no debe sobrepasar las dos
hojas-mejor una y media-, si lleva fotografía debe ser de calidad etc.
Quedan prohibidas las fotocopias. El currículo debe
estar personalizado, es decir, dirigido
al puesto ofertado, a un sector y a una empresa en concreto y en él debe
reflejarse todo aquello que nos venda. Que sume y que no reste.
Además de seguir
este protocolo, el currículo
no debe estar muerto. No debe ser una cronología de hechos históricos; algo así
como una lista de los Reyes Godos.
No
puede estar enfocado en el pasado, sino
que tiene que transmitir presente y
sobretodo futuro. Tiene que hacerle llegar
al receptor o receptora el mensaje de quiénes somos ahora, a dónde queremos y podemos llegar en nuestra profesión. Si este mensaje no llega, las probabilidades de éxito
son pocas, entendiendo por éxito pasar a
la siguiente fase de selección.
Huelga decir, que el
mercado laboral es cambiante. Las tareas de una administrativa-o han variado a lo
largo de los años. Ya no se hace lo mismo que hace diez o incluso cinco.
Las máquinas de escribir se han sustituido por ordenadores. Hasta no hace mucho, dominar
Excel o Word era un punto diferenciador. Recuerdo que manejar estas
herramientas me sirvió para acceder a un puesto de trabajo; al primero. Hoy no
es relevante. Se da por hecho que lo sabes hacer.
Han aparecido ya, nuevas formas de comunicación vinculadas al
entorno web y en este entorno, las
empresas han encontrado una fuente inagotable de información y nuevos
yacimientos para ampliar sus oportunidades de negocio. El departamento de
administración de cualquier empresa buscan aquellos y aquellas profesionales
que sepan comunicarse con sus clientes, sus proveedores y con su público a través
de las nuevas herramientas. Deben saber localizar la información que hay en la red, valorarla y emplearla de manera eficaz.
Un currículo es una relación de hechos que hay que demostrar pero, entre sus líneas ya se puede entrever tu potencial,
lo que puedes hacer por la empresa, es decir, tu propuesta de valor. Los
rasgos de tu personalidad están presentes: si eres detallista, si estás alineado
o alineada con las nuevas tecnologías, si eres
una persona dinámica, activa, etc.
Me
horrorizan esos currículos que comienzan por el año mil novecientos,
me decía hace un par de días una consultora con muchos años de experiencia. Para mí ese énfasis en la experiencia pasada no me
gusta. Por ejemplo, La cocina en pocos años se ha revolucionado
y mucho. Los clientes exigen calidad, limpieza, nuevas presentaciones... Los
paladares han cambiado. Los platos de siempre ya nos les hacen gracia.. Los
utensilios, las técnicas de cocina han cambiado para lograr las exigencias. Cuando busco un cocinero-a además de que sepa
cocinar, busco que pueda cocinar en los
nuevos tiempos y que sea capaz de adaptarse a los venideros. Deberá ser
creativo, hacer platos divertidos, de calidad, limpios, sanos, que sepa trabajar en equipo y sobretodo estar
orientado al cliente. Si ha trabajado en cuarentas restaurantes me parece bien.
Lo que quiero es saber que me va a aportar.
Luis Puchol[i], en su libro La Venta de Si mismo nos dice que un currículo debe primero, atraer la atención de quien lo lee, después despertar el interés y por último llamar a la acción que significa que el lector-a quiera conocerte y te convoque a una entrevista de trabajo..
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