"Tiene usted un currículo que se adapta a las necesidades del puesto pero estábamos pensando en una persona más joven".
¿Cuáles son las necesidades de ese puesto? ¿Cuáles son esas funciones que requieren ser joven para llevarlas a cabo?.
Por un lado, el gobierno eleva a 67, la edad de jubilación, que hasta ahora estaba fijada en 65 años, a excepción de aquellos o aquellas que tengan oficios penosos o peligrosos.
Por otro, las empresas eligen a los candidatos o candidatas más jóvenes y los ERES, suelen incluir a los trabajadores o trabajadoras más veteranos-as.
El Gobierno tiene excusa: la esperanza de vida ha aumentado y los-as jóvenes de hoy se incorporan a trabajar mucho más tarde por tanto sus aportaciones serían menores que las de la generación anterior y las cuentas no dan
Y las empresas, ¿Cuál es su excusa?.
Es cierto que hay puestos de trabajo que precisan de unas determinadas condiciones físicas para poder ser ejecutado con eficacia. La condición física está muy ligada a la edad.
Pero hay otros, la mayoría, en las que esas óptimas condiciones físicas no son necesarias para su desempeño.
Los científicos dicen que entorno a los 25 o 35 años de edad se produce nuestro máximo desarrollo físico y psíquico y a partir de aquí comienza el lento proceso de envejecimiento: el declive de nuestro organismo y nuestro cerebro.
El deterioro físico produce una pérdida de masa muscular que se puede ralentizar con la práctica habitual del ejercicio físico.
También nuestro cerebro envejece y se vuelve ligeramente más lento en algunos aspectos pero este proceso no es igual para todo el mundo, ni mucho menos. Depende de muchos factores como el entorno, la alimentación, la actitud ante la vida y la actividad mental.
Volvemos a la pregunta, ¿Por qué las empresas son reacias a la hora de contratar a mayores de cuarenta, por ejemplo e incluso, a aquellos o aquellas que están en plena treintena?.
Quizá su respuesta o excusa que es a edades maduras nuestras capacidades intelectuales disminuyen, perdemos capacidad de creatividad, atención o de resolución de problemas o que aportamos vicios adquiridos.
Detrás de esa razón pseudocientífica se esconden prejuicios inconfesables. Prejuicios que dan lugar a la discriminación laboral por cuestión de edad.
El Prejuicio se crea por conveniencia, para discriminar, descartar o dominar a otras personas o aceptarlas preferentemente, sin tener remordimientos y sin reflexionar si es bueno o malo, o si es una opinión objetiva o subjetiva.
Por tanto, un prejuicio no tiene una base real, ni científica.
Hasta hace poco se creía que las neuronas no tenían la posibilidad de regenerarse. Sin embargo, esta afirmación hoy está descartada. Las neuronas sí se regeneran porque, según la ciencia, la neurogénesis (el proceso de generación de nuevas células cerebrales) continúa aún después de completarse el desarrollo de los organismos, y así sucede a lo largo de toda la vida en organismos tanto vertebrados como invertebrados. Según esto, se puede seguir aprendiendo a lo largo de la vida y de ahí deducimos que una persona de más de cuarenta, no tiene que estar menos capacitada que una de veinticinco sobre todo porque la experiencia laboral adquirida a lo largo de los años, ha incrementado su cualificación profesional.
Para rebatir esta creencia de la edad como factor de declive y por ende de descarte, podemos empezar por fijarnos en la persona responsable de llevar a cabo una entrevista de trabajo: ¿Es mayor que el candidato o candidata y por tanto con facultades intelectuales mermadas y por ello poco fiable en cuanto al resultado de su trabajo?. ¿Es el más mayor entre el resto de la plantilla?.
También podríamos encontrarnos frente a un seleccionador-a más joven que el candidato-a y por tanto inexperto y también poco fiable.
Quien selecciona por una cuestión de edad no se atrevería a descartar a Amancio Ortega de 77 años o a Florentino Pérez de 67, por ejemplo.
Estamos habituados y habituadas a ver empresarios o empresarias en edad madura o incluso más avanzada que siguen en activo y nadie les cuestiona. También podemos echar n vistazo a los consejos de administración y calcular la media de edad de sus integrantes.
Una gran mayoría de los presidentes del mundo, están en una edad muy superior a la que establecen las empresas como edad ideal de contratación.
Si revisamos la historia podemos encontrar ejemplos de mentes activas y creativa hasta edades avanzadas como por ejemplo, Tizziano fallecido a la edad de 90 años, Picasso de 92 años que trabajaron hasta poco antes de morir.
La científica Margarita Salas que pasando los setenta sigue en Activo en el Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa". El mismo Steve Jobs si no fuese por su temprana muerte a los cincuenta y seis años, hoy seguiría en la cumbre de la innovación. Una edad en la que en este país la reinserción laboral es muy difícil.
El problema de los prejuicios es que como son irracionales, resulta muy difícil rebatirlos con argumentos razonables lo que coloca al candidato-a en una situación de clara desventaja.
¿En qué deberían fijarse a la hora de seleccionar y contratar las empresas?
Fácil. En la actitud, la capacidad de adaptación a las nuevas situaciones, que se nos presentan, los conocimientos técnicos, las habilidades sociales para establecer estrategias, la capacidad de organización y planificación de las tareas . En el valor que puede aportar a la empresa. Todo esto es lo que da valor al candidato-a independientemente de su edad.